No aparece Calé como el pescado del año porque el pindá judicial lo agarró a última hora. No figura Lino como el pichado del año que reusó ir a una convocatoria presidencial para analizar programas-país del 2009 porque “Lugo dijo de mi que soy golpista”. No aparecen ni Blanca Ovelar, ni el deshuevado del año que dijo que se cortaba uno si ganaba Lugo.
El problema –en este caso para Pepe- es que la gente, carburando bien, termina pensando mal, no precisamente al santo pepe.